Las empresas emergentes o startups han irrumpido con fuerza en el ecosistema empresarial, entre otros aspectos, por su modelo de negocio escalable, su carácter innovador y su potencial de crecimiento.
Sin embargo, para emprender y materializar una idea inicial en un proyecto potencialmente exitoso a través de una startup, conviene conocer sus etapas para identificar las distintas necesidades u objetivos de aquella según el momento en el que se encuentre.
A continuación, expondremos el ciclo de vida que puede presentar una startup si logra que el proyecto prospere y dé resultados, el cual puede dividirse en seis (6) etapas: pre-seed, seed, early stage, growth stage, expansión y exit).
1.- Fase presemilla o pre-seed
Se caracteriza fundamentalmente por ser la etapa en la que nace la idea sobre la que girará la startup, es decir, la idea de negocio, la cual, generalmente, se relaciona con la resolución de un problema o una necesidad cotidiana. El objetivo es definir el producto o servicio que se pretende desarrollar (características, precio, costes, etc.).
Además, es bastante frecuente la incertidumbre del proyecto, debido a que no hay clientes y, por ende, ingresos, sino únicamente inversión y gasto. No obstante, como el proyecto está todavía en desarrollo, a priori, el mayor inconveniente no es obtener financiación, sino dar forma a esa idea de negocio.
Aun así, la obtención de fondos es importante. En este sentido, aunque las formas de obtener financiación varían, fundamentalmente se encuentran en la autofinanciación y los entornos cercanos a los socios, lo que comúnmente se conoce como 3F (Family, Fools & Friends), esto es, familiares, conocidos y amigos que realizan aportaciones al proyecto. Asimismo, es habitual la aparición de otras figuras, como los Business Angels, inversores profesionales que pueden aportar no solo capital, sino también experiencia, conocimiento sobre el sector, contactos, o clientes. A cambio, eso sí, de participaciones o acciones para obtener una rentabilidad a medio o largo plazo.
2.- Fase semilla o seed
En la fase semilla se comprueba si el modelo de negocio es viable. Es la fase donde sabremos si el producto o servicio es válido en el mercado, en el que la startup ya cuenta con su “semilla” -el llamado Producto Mínimo Variable (PMV)-, y, por tanto, el momento en el que dará comienzo a sus operaciones y lanzará el producto o servicio en cuestión.
El objetivo será esencialmente la observancia de los resultados y la reacción de los usuarios a fin de validar el producto y poder optimizarlo y ajustarlo (product-market-fit).
Si bien las formas de financiación son parecidas a la anterior etapa, como la necesidad se hace mayor, aparecen otras formas de obtención de fondos tales como el micromecenazgo, el empleo de plataformas de crowfunding, el capital semilla (seed capital), o las subvenciones públicas.
Por otro lado, hay que mencionar que tanto en la fase presemilla como en ésta podrían entrar en juego las llamadas incubadoras o aceleradoras de startups, que son entidades que ayudan a algunas startups a crecer todavía más rápido en un determinado período de tiempo, por ejemplo, configurando el modelo de negocio o atrayendo la financiación necesaria.
3.- Fase de etapa temprana o early stage
En este momento se empieza a ver la capacidad que tendrá la startup para generar recursos, su rentabilidad. Se obtienen los beneficios iniciales, el número de clientes aumenta exponencialmente y el grado de profesionalización del equipo, también. Los esfuerzos suelen centrarse sobre todo en terminar de mejorar el producto o servicio ofrecido mediante el feedback que se reciba de los usuarios.
En lo que respecta a la financiación, destacan los fondos de inversión de capital riesgo o los fondos de Venture Capital (fondos de inversión especializados). A su vez, la importancia del flujo de caja aumenta, siendo otro objetivo fundamental que esté se mantenga en positivo.
4.- Fase de crecimiento o growth stage
Si la startup llega a esta fase, se entiende que ha logrado consolidarse en su respectivo sector y que el producto o servicio que ofrece ha encajado en el mercado. Por lo que, en este momento, el objetivo es crecer, aumentar la cartera de clientes e incrementar los ingresos, por ejemplo, a través del empleo de campañas de marketing.
5.- Fase de expansión
Cuando se ha obtenido un cierto posicionamiento, la compañía está lista para iniciar su expansión a otros mercados o su internacionalización. Aquí el riesgo resulta elevado, por lo que la financiación se convierte, nuevamente, en un aspecto clave.
En este período suele ser habitual la negociación con otras empresas situadas en el extranjero o que, simplemente, pertenecen a otro sector, para facilitar esa expansión mediante alianzas.
6.- Fase de salida o exit
Una vez alcanzada la cumbre de la etapa de crecimiento, muchos expertos consideran que, si la startup puede funcionar de forma prolongada en el tiempo, pierde dicha condición, porque sus características esenciales cambian, convirtiéndose así en una empresa tradicional.
Ahora bien, existen distintas posibilidades. En este punto, lo más habitual es la venta y adquisición por otra entidad, la cual podría estar interesada en mejorar sus productos o, por ejemplo, implementar una nueva tecnología elaborada por la startup. Aunque también es posible la fusión e incluso la salida a bolsa (mediante una OPV u oferta pública de venta).
Pese a ello, como esta fase es realmente opcional, también es posible que la empresa opte por tratar de convertirse en una entidad de mayor recorrido antes de proceder a cualquier otra decisión.
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